Vivimos en sociedades polarizadas y en conflicto, por lo que solemos ir por el mundo en estado de alerta. Por ello, es momento de buscar nuevas conductas que nos lleven hacia la sociedad funcional que aspiramos ser. Hoy, más que nunca, es importante reconocer el valor de la colaboración. Estamos muy orgullosos de haber presenciado uno de estos actos transformativos en una edición que organizamos de Callejero.
Era Agosto, decir que fue una edición especialmente calurosa, sería una atenuación. El puesto de las aguas frescas estaba lleno y con una fila larguísima. Aun así, más y más se seguían formando. La dueña del puesto hacia todo lo posible por brindarles a sus clientes una atención rápida, pero estaba totalmente rebasada.
De pronto y sin decir nada, la chica del puesto de crepas —que estaba junto—, se levantó y comenzó a atender a los clientes de las aguas frescas. La señora le sonrío de manera amable y trabajaron juntas. Las dos supieron qué rol tomar en ese instante. La chica no se apartó hasta que observó que la fila bajaba y que la señora podía seguir atendiéndolos sola. Al final, la señora le otorgó un agua fresca en forma de agradecimiento y la chica regresó a su puesto.
Me resultó tan curioso el detalle que la chica había tenido con la señora que, quise preguntarle por qué lo había hecho o por qué había dejado su propio negocio para ayudar a atender otro. Lo más sorprendente fue su respuesta. Dijo que no lo había pensando a consciencia. Simplemente le resultó lógico porque ella no tenía clientes en ese momento. Supe entonces que la comunidad de expositores, ya había construido de manera orgánica una red de apoyo mutua.
Este tipo de competencia es muy diferente al que estamos acostumbrados. Usualmente, la colaboración se reconoce como una amenaza para la prosperidad de ambos. Lo que sucedió esa tarde de verano es un ejemplo de lo que los expertos empiezan a predecir: es posible concebir nuevas formas de capitalismo que se adapten a las circunstancias cambiantes de la sociedad. Se empieza a discutir la noción de un capitalismo creativo, el cual busque alinear el progreso económico con las metas de la sociedad.
Los sistemas y las costumbres de la sociedad se van construyendo en conjunto y poco a poco, por eso es muy importante que cada cierto tiempo nos detengamos a considerar si esos sistemas, preconcepciones y actitudes son realmente útiles para todos, o si la realidad nos pide un nuevo esquema.
Esta chica me enseñó que, una buena competencia, es cuando los dos salen de ella... más fuertes.
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