Esta memoria se construyó así:
Trabajar me ha encantado desde el primer momento que pude hacerlo. Me ha tocado estar en lugares e industrias muy diferentes. He pasado por escuelas, restaurantes, agencias de carro, hoteles e incluso he probado la vida de freelancer. En cada uno de ellos hice memorias y aprendizajes invaluables, y cada vez quedo más convencido: sí, el trabajo es mi pasión. En donde sea que esté, logro encontrar experiencias valiosas a través de él. En esta entrada, quiero hablar sobre la primera vez que llegué a México en búsqueda de trabajo.
Cuando llegué, me había convencido a mi mismo de que sería fácil encontrar trabajo. Al cabo de unos meses me di cuenta de que estaba un poco equivocado, pero aunque seguía sin empleo formal, aproveché ese tiempo para dominar el español y usé mis conocimientos para dar clases de alemán. Disfrutaba mucho de esa época de aprender y enseñar, pero mi búsqueda por algo más estable no se detenía. Sabía que había algún puesto esperándome.
Mi primera oportunidad por fin llegó: me contrataron para hacer revisiones de calidad de procesos y servicio al cliente en un hotel de Santa Fe. Me sentía demasiado feliz de estar en la cancha de juego, sin importar que el puesto en sí era bastante sencillo. Estaba comprometido a siempre dar lo mejor de mí. Voleaba mis zapatos cada mañana y, con sombrilla en mano, tomaba un camión de dos horas para llegar a mi destino.
La mayoría de los huéspedes eran extranjeros, igual que yo, y gracias a los convenios que el hotel tenía con algunas empresas, era común que una persona regresara a hospedarse. En poco tiempo, los visitantes regulares y yo, sentíamos confianza absoluta. Les daba recomendaciones de lugares para conocer, ir a comer, o experiencias que valían la pena en la ciudad. Yo estaba encantado porque me servía de excusa para aprovechar mis fines de semana e investigar qué puesto de tacos y quesadillas era el mero bueno.
Como ellos también batallaban con su español, acudían a mí para que los corrigiera. Yo me lo tomaba muy serio y estudiaba horas extra, porque me sentía responsable de asegurarme que mi pronunciación fuera la correcta. Para no hacerles el cuento largo, con decirles que, para cierto punto, ya me había convertido en el organizador de sus juntas y su concierge. En alguna ocasión, después de haber hecho mi usual visita a Office Depot a la hora de la comida para preparar una reunión, nuestro huésped quedó tan contento que me regaló todo lo que quedó de la junta. Gracias a él no tuve que comprar plumas por casi dos años y soy dueño de una hielera gris muy práctica que me ha acompañado en trajineras, escapadas y carnes asadas.
Tuve muchos aprendizajes durante mi tiempo en el hotel. En primer lugar, entendí la importancia y valor de la comunicación abierta y sincera con las personas. También aprendí que la única manera de hacerte experto en algo y dominarlo, es trabajándolo. Cada hora de esfuerzo que hacemos, la obtenemos de regreso en resultados. Además, entendí mucho sobre la cultura laboral en México; aunque les diré que cuando llegué a Monterrey, me di cuenta de que cada ciudad era un mundo en ese sentido. Por último, esta experiencia sirvió para confirmar lo que sabía: cuando tu trabajo es tu pasión, haces todo lo que está a tu alcance para ser mejor y dar lo mejor de ti.
Hoy en día, a varios años de aquellas épocas de aventura, he tenido la oportunidad de conformar mi propia empresa, y me siento afortunado de tener a mi lado a un equipo de personas cuya pasión también es el trabajo. Hemos crecido a pasos agigantados a pesar de ser una empresa joven y sé que es porque cada día, todas las personas que conformamos Baum nos esforzamos por ser mejores. La pasión por el trabajo es un pilar fundamental en esta iniciativa, y en mi vida, porque gracias a los aprendizajes que he obtenido en cada uno de los puestos por los que he pasado, me he podido convertir en el profesionista y la persona que soy hoy. Para todos aquellos que como yo su pasión es su trabajo: espero podamos coincidir en un futuro, sepan que en Grupo Baum siempre hay espacio para ustedes.
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